Caminar
Autor: desconocido.
Tras el paso del tiempo, del curativo y poderoso tiempo,
pude de nuevo empezar a caminar. Primero fue algo sencillo, me calcé las
zapatillas, anudé los cordones como ella me había enseñado. Junté ambos pies y
cerré los ojos. La inercia me llevó a levantar primero el pie derecho. Y así,
uno y después el otro, y vuelta a empezar. Repetí los movimientos al compás de
mi estrenado corazón recompuesto y conseguí llegar a la siguiente parada del
camino.
Sigo caminando, a veces necesito parar, coger aire y llorar.
Lloro por todo lo perdido, por lo que no será jamás. No hay que empeñarse, hay
que aceptar. Tan solo eso. Aprieto la mandíbula y me vuelvo a levantar.
«Caminante, no hay camino...»
«Caminante, no hay camino...»
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